NO HAY FLOR SIN ESPINAS (Capítulo 5)

 

Capítulo 5

 Así no…

Seher seguía mirando el suelo…si tan sólo se abriera y ella tuviese una vía de escape…la tomaría gustosa. Pero esto era la realidad y ella solita tendría que buscar su salvación. El silencio ya empezaba a ser incomodo…él seguía allí, veía la punta de sus zapatos…pero no decía nada; reunió toda la dignidad que pudo y alzó la mirada intentando componer una expresión de naturalidad para afrontarlo. 

Yaman llevaba sus buenos tres minutos intentando controlar su respiración,  tragaba compulsivamente en un intento de refrescar su garganta completamente seca. Él, a pesar de todo lo vivido y visto , nunca había experimentado lo que algunos llamaban el fuego de la pasión. Sí, había experimentado atracción sexual por algunas mujeres, después de todo era humano, pero era una necesidad que no calificaría de imprescindible y había apartado esos impulsos a un lado como una distracción innecesaria. Pero ahora mismo, con ella frente a él envuelta en SU camisa, una camisa que cubría un cuerpo presumible desnudo, solos en su habitación de noche y …joder era su mujer, entendió porque se habían escrito miles de libros, rodado cientos de películas, compuesto millones de canciones y versos sobre la pasión. Decir que se estaba quemando se quedaba muy corto no podía arder más y entonces… ella alzó la cabeza y lo miró directamente a los ojos…ya no supo que hacia, él  ya no controlaba su cuerpo, sin apartar sus ojos de los de ella avanzó, un paso, dos, tres…ella retrocedía también sin apartar sus ojos de los suyos un paso, dos, tres hasta que su espalda chocó contra el armario, ya no había lugar al que huir… Las manos buscaron su cara  para sujetarla con extrema delicadeza a pesar de que en ese  momento sería capaz de detener un tren en marcha de ser necesario. Ella temblaba bajo su toque pero no se movió , inclinó la cabeza para enterrar la cara en su pelo …su pelo lo hipnotizaba desde el primer día no lo entendía pero ahora todo encajaba en su lugar, dos piezas que se encuentran para formar un todo y volar como uno sólo. Aspiró su aroma como un adicto y se sintió por fin en casa, su boca encontró su oreja que acarició con los labios, ella se estremeció  continuó  con las caricias de su boca por su mejilla, subió a sus ojos, luego su nariz y finalmente… su boca. Un beso suave tras el que se apartó sólo lo necesario para mirarla a los ojos, ella no apartó la mirada y entreabrió los labios. Él acepto la invitación y ahora sí devoró su boca, ella no sabía besar y él la enseñó, la animó  a probarlo y a dejar que la probara. No sabía  cuanto tiempo la llevaba besando , sólo que no quería parar nunca, respirando el uno del otro …en un momento dado sintió que ella perdía el equilibrio. Yaman entonces dejando su cara llevó sus manos hacia su cintura y la pego a él, presionando su dura erección contra ella.

 Seher puso sus manos sobre su pecho y presionó levemente, fue suficiente, él  se apartó un poco y la miró a los ojos tratando de controlar su respiración. Entonces ella dijo , - No, así no... Yaman tardó un poco en procesar esas palabras  y cuando al fin reaccionó   vio en los ojos de ella algo que no esperaba…dolor, un dolor infinito que él también sintió. Apoyó su frente en la de ella y tomó fuerza, se apartó de ella sin mirarla y entró al baño cerrando la puerta tras de si.

Seher temblaba como una hoja, se sujetó como pudo a las baldas del armario tras ella para no caer …y para evitar seguirlo. Deseaba volver a estar envuelta por su calor de nuevo y respirar de su aliento. Jamás pensó que besar sería así …ahora comprendía a los amantes que renunciaban a todo y todos por su amor…ahora comprendía a su hermana. Pero así no, no podía ser, él la odiaba, pero ella lo amaba tanto que su propio amor la destruiría y necesitaba poder mantenerse en pie por Yusuf. Si se entregaba a él, y sólo Dios sabía cuánto lo había deseado un momento antes, cuando él recuperara su control ya libre de la pasión…la volvería a mirar  como aquel día y entonces ella ya no tendría ni siquiera su dignidad para protegerse y mantener su promesa de no marcharse  y ese era un lujo que no se podía permitir por Yusuf. Seguía sin entender el porqué de ese odio, si tan solo lo supiera…porque en ocasiones cuando él la miraba veía en sus ojos algo más, el anhelo de algo hermoso, pero era tan fugaz que se le escapaba sin conseguir comprenderlo.

Caminando despacio fue hacia el sofá y se sentó en él con las piernas recogidas rodeadas por los brazos. Se fue tranquilizando escuchando el agua de la ducha caer y esperó a que él volviera.

Yaman salió del baño con el cabello todavía húmedo y revuelto, con una toalla sujeta a la cintura tomo su pijama y regreso al baño sin tan siquiera mirarla, Seher pensó * uff genial, ahora esta aun más enfadado*. 

Cuando Yaman volvió a salir sí que la miro fijamente, frunció el ceño y ,le preguntó bastante tenso.

- ¿Por qué sigues ahí sentada?, ¿Por qué no has hecho el sofá y estas acostada?

- Yooo..eeee..  ,Seher no sabía como decirlo  y pensó * uffff Neslihan ufff*, así que lo soltó del tirón.

- Neslihan se llevó  toda mi ropa para prepararla y por lo visto toda la ropa extra de cama que teníamos y usaba para hacer mi cama…así que dormiré así esta noche.

Yaman la miró breve pero intensamente y caminó hacia su lado de la cama mientras decía ya sin mirarla.

- Eso es ridículo te pondrás enferma y no podrás cuidar de Yusuf, duerme también en la cama, es grande.

Tras decir esto se acostó, apagó la luz dejando la habitación en penumbra y se quedó vuelto de espaldas a Seher, ella titubeó unos instantes y decidió que no le quedaba más opción, se acercó a la cama y se acostó lo mas cerca del borde y alejada de Yaman que pudo. Él aunque no la miró pareció saber lo que ella hacía y dijo  con tono gruñón.

- No te preocupes tanto, no te tocaré… pero mantente en tu lado de la cama.