ALI Y KIRAZ (Capítulo 4 Final)

Capitulo 4 Final

El trayecto a casa fue silencioso. Demasiado silencioso…Ali conducía casi en piloto automático , totalmente concentrado en la carretera y sin querer mirarla a ella. Aunque ella si lo estaba mirando…lo sabía, lo sentía en cada célula de su piel. Pero hablarían cuando llegaran a casa, una vez solos el sabría convencerla de su amor. Él  había ensayado tantas y tantas veces ese momento que las palabras saldrían solas…contaba con eso.

Kiraz no podía apartar los ojos de Ali, todavía sentía su beso en los labios. * Esto no es un sueño* …se repetía en su cabeza una y otra vez…* y si es un sueño no quiero despertar…*Sus besos sabían a lo que Kiraz siempre imaginó café y regaliz…eso mezclado con el olor de Ali era el paraíso…Quería más…muchos más besos de Ali, no sabia que haria para conseguirlos pero algo se le ocurriría ¿no?

Cuando llegaron a casa Ali aparcó, salió del coche aún sin mirarla y lo rodeó para ir a abrir la puerta de ella. Kiraz salió del coche y miró hacia el jardín de la casa. El olor de la dama de noche le inundó las fosas nasales y mil recuerdos de el tiempo pasado allí la embargaron…* Mi casa…* pensó emocionada hasta el punto en que una pequeña lágrima escapó furtivamente de sus ojos.

Ali vio su lágrima caer y sus dedos de forma instintiva la recogieron de su mejilla, ese leve roce hizo a Kiraz volver sus ojos hacia él, sacándola de la ensoñación en la que se encontraba. Ali había tenido miedo de mirarla durante el trayecto pero lo que vio en sus ojos en este momento lo esperanzó. Así que tomando su mano tiro de ella para entrar en la casa, ella no se resistió y lo siguió.

Ali abrió la puerta de casa y entró, automáticamente se sacó los zapatos según la costumbre, cuando se volvió hacia ella vio que intentaba bajar la cremallera de sus alta botas con dificultad, el bolso se le escurría del hombro y parecía nerviosa…Ali tomó su bolso para ayudarla y lo colgó en el perchero de la entrada. Después se dejó caer de rodillas en el suelo ante ella, sujetó su tobillo y comenzó a bajar la cremallera de una de sus botas, luego pasó a la otra hasta que ella quedo descalza. No podía dejar de mirar sus diminutos pies descalzos y su  mirada comenzó a subir por su cuerpo tomando nota de su apariencia…era hombre muerto….lo tenia claro…Ahora entendió perfectamente a todos los hombres a su alrededor esa noche. Sus preciosas piernas, ese vestido y esa hermosa melena larguísima que tenía ahora eran irresistibles, se volvió a endurecer y respiró en un intento por controlar su pasión, cosa difícil porque en ese instante su resistencia a ella era tan fuerte como la llama de una vela en mitad de una galerna.

Ver a Ali a su pies descalzándola fue un asalto a los sentidos de Kiraz, se dejó hacer y cuando terminó de quitarle las botas su mirada quemó todo el recorrido hasta su cara. Ella deseaba tocarlo…no, no deseaba…necesitaba tocarlo. Esa noche tibia de primavera todas las barreras serian destruidas y tendría todo lo que sólo se atrevió a soñar. Sus manos por voluntad propia se acercaron a su cabeza, enredo sus dedos en el espeso pelo de Ali, era como seda fresca al tacto, y comenzó a acariciarlo. Ali al sentir su contacto cerro los ojos, la abrazó por la cintura y apoyo la cabeza contra su vientre y se quedo muy quieto…dejándola acariciarlo. Ella siguió acariciando su espeso pelo y disfrutando de aquel extraño abrazo…pero quiso más. Necesitaba de nuevo beber de su boca, necesitaba más de su piel…sus dedos fueron a su cuello después a su oreja noto el estremecimiento que recorrió el cuerpo de Ali y como él  apretó su abrazo. Sin todavía mirarla Ali dijo con voz enronquecida y muy bajito, casi para si mismo,

- No podré parar…

Kiraz lo escuchó y parando sus caricias tomó su cabeza con las manos y lo hizo mirarla y le dijo,

- No querré que pares…

La mirada de Ali se oscureció de una manera que Kiraz sólo había visto fugazmente en varias ocasiones ya que él se había apresurado en esconderla. Pero ahora mismo ya no escondía nada…la promesa sensual que gritaba esa mirada hizo que mil mariposas estallaran en el vientre de Kiraz. No entendía porque pero sus pezones se erizaron contra su ropa, una ropa que ahora mismo le estorbaba horriblemente porque tenía muchísimo calor. Toda esa calor se extendía por su piel y se concentraba en sus mejillas, sus labios hormigueaban de deseo y lo mordió en busca de alivio. 

Ali había perdido la batalla, esa noche no habría muchas palabra, bien era un hombre de acción más que de palabras…con sus acciones ella sabría claramente todo lo que él quería …sólo habría una pregunta para ella esa noche y no pararía hasta que ella dijera sí.

Ella se mordía el labio….uff esa mordida…la erección ya era difícil de controlar debido a las pocas palabras de ella…Ali necesitaba más…mucho más …lo necesitaba …todo en realidad. 

Se puso de pie y la abrazó, la apretó quizás con más fuerza de lo debido pero no podía evitarlo…y le dijo

- Creo que debería ofrecerte un café ¿no?

Kiraz se quedó alucinada con sus palabras…*¡¿Café?!* pensó..

- Yo….ehhh… yo…no quiero café.- contestó casi tartamudeando del desconcierto. 

Ali la separó de él  y con una sonrisa burlona y nerviosa le dijo,

- ¡Gracias a Dios! 

Entonces se agachó y la tomó en brazos. Kiraz se agarró fuertemente a su cuello en un acto reflejo por la sorpresa del gesto de Ali. Con sus narices casi rozándose vió en los ojos de él una alegría pura reflejo de la que debía ver él en los suyos.

 Ali se encaminó a su habitación, la habitación estaba en penumbras pero por la ventana entraba la luz de la potente luna llena que brillaba esa noche. Se veían con perfecta claridad…en esta ocasión Kiraz comenzó el beso. Su experiencia era nula en el amor pero había visto lo bastante en su vida para intuir al menos que hacer. Después de todo había crecido en un pueblo rodeada de animales y comprendía bien que esperar….sólo  mucho más tarde esa noche comprendió que tan equivocada estaba…

Ali se dejó besar por Kiraz, sus besos eran tan dulces como inexpertos. No pudo evitar dar las gracias a Dios por ello. En sus charlas diarias ella nunca había mencionado a ningún hombre y él no había preguntado…ahora no era necesario siquiera preguntar…lo sabía él sería su primer amante y si la noche iba bien el último.

La fue dejando caer hasta ponerla de pie en el suelo sin romper su beso. Kiraz era buena alumna y aprendía rápido…muy rapido.El beso subió de intensidad el baile de lenguas que comenzó tentativamente se había descontrolado, ambos querían mas. Las manos de Kiraz fueron a los botones de su camisa pero debido a los temblores que sacudían sus manos no conseguía desabrocharlos. Ali paró el beso y tomó sus manos en las suyas deteniendo sus inútiles intentos. Ella lo miro con una sonrisa avergonzada y bromeó,

- Menuda seductora estoy hecha ¿verdad? Ni siquiera puedo desabrochar botones…- dijo encogiéndose de hombros.

Ali que estaba más excitado de lo que había estado en toda su vida, más todavía después de los intentos de ella por desnudarlo llevó una de las manos de Kiraz a su entrepierna donde su pene estaba a punto de reventar y ante la cara de Kiraz de asombro por su descubrimiento le dijo..

- A juzgar por como me tienes pequeña creo que eres una seductora muy eficaz…

Ya no se habló más, se arrancaron literalmente la ropa el uno al otro, se prodigaron caricias de placer y descubrimiento. Totalmente maravillados de que hubiesen tardado tanto en llegar a este punto. Si sólo se hubiesen dado un beso, sólo un beso, ambos habrían sabido que no podían vivir el uno sin el otro. No entendieron en su día al tío Osman, ellos eran un legado si, el uno del otro, pero un legado de amor. A partir de esa noche cuidar del corazón del otro sería su razón de vivir.

Horas más tarde Kiraz se acurrucaba en la cama con Ali, sus dedos jugaban a hacer caminos sobre el pecho de él deleitándose en la suavidad de su piel. Él  disfrutaba de su toque mientras acariciaba su largo pelo, y dijo de repente,

- Te amo…

Los dedos de Kiraz se paralizaron en el acto, le tomó unos segundos asimilar las hermosas palabras, luego con un leve suspiró retomó el movimiento de sus dedos, bajo su mejilla ella notaba el corazón de Ali latiendo desbocado, sonrió  en su pecho y dijo, 

- Yo también te amo..

Ali escucho esas palabras y sintió que volvía a respirar ella lo amaba…unos minutos después se levantó de la cama deprisa,  ante el asombro de Kiraz que lo miraba desconcertada..

- ¿Qué sucede? ¿Por qué te vistes?..¿Vas a algún sitio?

Ali miro a Kiraz desnuda en su cama con la larga melena extendida sobre la almohada y le pareció una autentica sirena…la tentación de volver a la  cama con ella era abrumadora. Se sentó a su lado y miró  su reloj,

- Cariño..- le dijo besándola en la nariz. – Son casi las ocho de la mañana tenemos que movernos.

- Pero si hoy estamos los dos de descanso…no tenemos que trabajar...

- No vamos al trabajo..

- ¿A dónde entonces?

- Al registro civil, tengo un  amigo allí  me dará la fecha que queramos.

- La fecha que queramos….- repitió Kiraz algo ida.

- Sí, La fecha que queramos pero te aviso de que será antes de que termine el mes…ni un día mas.

- ¿No recuerdo haber oído ninguna propuesta?.-Dijo Kiraz entre divertida y ofendida.

- Ni la oirás…hasta esta noche..

- Y eso..¿ Porqué?

- No podré contarle a nuestros hijos la verdad de como le dije a su madre que la amaba la primera vez, así que la “propuesta” debe ser para todos los públicos.

- ¡¿Hijos?!, Ali …creo que corres un poco demasiado ¿no?…

Ali la miró con una sonrisa, por fin escuchaba su nombre salir de sus labios, se inclino y la besó a conciencia luego se aparto y mirándola a los ojos con una media sonrisa satisfecha le dijo,

- Cariño me temo que esta noche no hemos tomado  precaución alguna…por lo que…quizás ya puede venir alguno en camino. 

Kiraz se quedó sin habla, sus manos volaron de forma automática a su vientre y pensó…* Dios ¿es posible?... y ese pensamiento la hizo sonreír. Al ver su reacción  Ali sonrió también. Él lo quería todo con ella …todo…incluso lo que nunca se había atrevido a soñar.

Fin

(Prometo que habrá epílogo)