NO HAY FLOR SIN ESPINAS (Capítulo 12)

Este capítulo es para mi Bea, autora de este increíblemente hermoso video y una guerrera de la vida real...eres una artista, eres luz. Mil besos para ti...Gracias

Capítulo 12

Melodía desencadenada

Las luces nocturnas de la ciudad pasaban rápidamente ante la vista de Seher. Desgraciadamente, las lunas tintadas del coche que la llevaba a la fiesta de presentación del nuevo proyecto inmobiliario de Kirimli Holding, no la dejaban ver con claridad. Todavía tenía el estómago revuelto, llevaba así desde la mañana…sus malditos nervios le acabarían causando una úlcera y casi no había podido comer en todo el día. Adalet había conseguido convencerla de tomar un poco de caldo, y ahora le agradecía porque se sentía mejor.

Esa misma tarde había recibido un mensaje de su esposo diciéndole que a las 20:00 horas un coche la recogería para llevarla al evento. Ella se tragó su decepción ya que esperaba después de tantos días sin verse que él se arreglara en casa y fuesen juntos, después se reprendió mentalmente por su egoísmo.

Finalmente el coche llegó al lugar de la celebración , Seher estuvo a punto de pedir al  chofer que se diese la vuelta. El lugar era magnifico, se trataba de una mansión clásica a orillas del Bósforo. El acceso estaba lleno de periodista que iban tomando fotos de todos los asistentes al evento. Había una larga cola de coches de lujo esperando para llegar al punto donde dejarían a sus ilustres pasajeros, al comienzo de una larga alfombra azul eléctrico. A Seher le llamó la atención que no fuese roja como en las galas de cine que alguna vez había visto en televisión. Mas tarde se dio cuenta de que el color se debía a los colores corporativos del emblema del holding.

Cuando sólo quedan ante ellos un par de coches para llegar su turno, Seher sacó un pequeño espejo de su bolso y repasó su apariencia. Gracias a Dios todo parecía estar como cuando salió de casa. Neslihan se había superado para la ocasión, totalmente entusiasmada con la idea de una fiesta de la gran sociedad. Ella sencillamente se dejó hacer…pero ahora se sentía insegura y pensaba que igual a su vestido le faltaba algo más de tela…Todos en la casa alabaron su apariencia, sonrió al recordar como se habían reunido todos en la entrada para despedirla. Ese recuerdo le infundió valor…era la esposa de Yaman Kirimli…y debía acostumbrarse a eventos así. 

El chofer abrió la puerta y Seher bajó del coche y aferrada a su pequeño bolso dorado compuso una sonrisa y se dispuso a caminar hasta la puerta. Entonces los periodistas comenzaron a dispararle fotos y preguntarle quien era, por lo visto no la reconocían, y no los culpaba a ella misma le costaba reconocerse hoy. Se quedó bloqueada por unos instantes sin saber que hacer …la salvó  una mano firme que la tomó del brazo cortésmente… primero pensó que era su esposo, pero cuando miró hacia arriba no encontró a su esposo. Era un hombre muy alto, más que Yaman, también con barba y poseía los ojos más azules que Seher había visto nunca en un hombre. El desconocido le sonrió levemente y la instó a caminar con un imperceptible tirón. Ella se dejó guiar por el desconocido hasta dejar atrás a la prensa, ya más a salvo en el hermoso hall principal, Seher se volvió para mirar al hombre mientras se soltaba de su agarre y le dijo;

- Le agradezco su ayuda…es obvio que no estoy acostumbrada a este tipo de eventos..

El hombre en cuestión la miró detenidamente de arriba a bajo y le respondió; 

- No hay nada que agradecer… Seher…

Seher se sorprendió bastante por el uso de su nombre de forma tan familiar y le preguntó;

- Disculpe…¿nos conocemos?

Los ojos de él  brillaron mientras esbozaban una ligera sonrisa y contestó;

- No, no exactamente…

- ¿Que significa eso?

- Que yo sí la conozco…pero a través de palabras…en persona nunca tuve la oportunidad.

Seher cada vez estaba más intrigada, pero se empezó a inquietar. Quería encontrar a su marido y alejarse de este extraño …así que tratando de no parecer mal educada le dijo,

- Bien… igualmente le agradezco lo que ha hecho por mi…ahora debo encontrar a mi marido…si me disculpa..

El desconocido se tensó ante la mención de su esposo y desapareció su sonrisa. Se agachó para hablarle más cerca y mirándola a los ojos le dijo,

- Las gracias no son necesarias, no hay nada que no haría por la hermana de Kevser, volveremos a hablar.

Tras decir esto él se marchó perdiéndose entre la multitud, Seher no tuvo la oportunidad de preguntarle cómo y de qué conocía a su hermana. Le había dicho que volverían a hablar, entonces tendría respuesta a sus preguntas. Entre tanto se había vuelto a quedar sola, entre un montón de desconocidos sin saber como encontrar a su marido. Pasó un camarero que le ofreció una copa de champán, ella la tomó a pesar de no beber alcohol, pero pensó que era lo más correcto para no desentonar.

Yaman miraba las preciosas vistas al Bósforo desde una terraza de la planta superior. Miró después hacia abajo, a la terraza, donde se reunían una buena parte de los invitados disfrutando de la suave brisa del mar; tomaban champán y comían de los pequeños canapés gourmet que distribuían los camarero aquí y allá mientras la suave música de una orquesta en vivo los envolvía... 

El proyecto había sido un éxito ya estaban vendidas el noventa por ciento de las viviendas y el diez restante estaba pendiente de confirmación. De hecho ya estaban empezando a proyectar una segunda fase. Mientras pensaba en esto, un punto de color atrajo su vista de entre los invitados. Una mujer vestida de rojo, estaba junto a la barandilla que daba al pequeño embarcadero mirando el  mar, sola, un camarero atrajo su atención y la mujer se volvió para mirarlo con una sonrisa amable en los labios rojos…

El aliento de Yaman se quedó atascado en sus pulmones, no podía respirar, esa mujer que miraba el mar no era otra que su mujer. De espaldas no la reconoció…puede que porque tenía grabada en su mente la imagen de ella de la fotografía que le envió Cenger ayer. En ella era una chica joven, demasiado joven quizás, sonriendo a la cámara como una Lolita desconocedora de lo que su atractivo podía hacer a los hombres…y en particular a él. 

Pero ahora mismo tenía ante sí a una criatura totalmente diferente, llevaba un vestido de un intenso color rojo que parecía sujetarse a su cuerpo por arte de magia ya que no tenía mangas ni tirantes, lo que dejaba la blanca piel de su espalda y hombros totalmente al descubierto. Era largo hasta el suelo ajustado al cuerpo hasta la altura de las rodillas donde se abría la falda dándole una silueta de sirena. El cabello lo llevaba  peinado con hondas como las actrices estrella de la época dorada del cine…Ella siempre lo sorprendía…no sabía como lo hacía pero cuando pensaba que no era posible que fuese más bella ella le demostraba que se equivocaba. Y él se sentía como un chico de quince años frente a la chica que le gustaba, sin saber a donde mirar o que decir.

El camarero se retiró y ella se quedó sola de nuevo para seguir contemplando el  mar. Desde aquí no se distinguían bien las estrellas,  había demasiada luz, era una lástima el entorno era maravilloso. En ese momento la orquesta empezó a tocar la canción Melodía desencadenada, y cerró los ojos para disfrutarla con un suspiro, adoraba esa canción.

Unos fuertes brazos la rodearon por la cintura desde atrás y sintió un beso en su hombro. Su marido la había encontrado…se apoyó contra su calor y empezaron a mecerse juntos al ritmo de la música. No se hablaron, sólo se sintieron…en ese momento sólo existían ellos, el calor de sus cuerpos, el olor del mar y la hermosa letra cantada que parecía haber sido creada para ellos.

Cuando la canción  terminó  se quedaron quietos pero permanecieron abrazados mirando el mar. Tras un rato Yaman le susurró en el oído.

- Estas preciosa…

Seher enrojeció y sintió como se le erizaba  la piel, el suave susurró  en su oreja había despertado todos sus sentidos por tantos días dormidos. Ella de repente tuvo la necesidad de mirar en sus ojos y se volvió lentamente entre sus brazos. Yaman siempre le había parecido guapo pero cuando lo miró en ese momento se maravilló, estaba vestido de etiqueta pero completamente de negro. Comprendió porque las mujeres se volvían locas por él, su aura de poder,  su forma de moverse muy similar a la de una pantera, combinada con ese magnifico cuerpo que ya conocía tan bien  eran una combinación letal. Pero para ella las respuestas a todas sus preguntas estaban en sus ojos, su destino vivía en unos ojos tan negros como el ónix que lejos de transmitir frío eran capaces de abrasarla viva.

Ella puso sus manos sobre su chaqueta y fue deslizándolas suavemente hacia arriba por el suave satén de sus solapas; agarró los laterales y tiró suavemente hacia abajo. Yaman siguió el movimiento adaptando su postura y agachándose automáticamente hacia ella, sus caras quedaron a la misma altura. Yaman acercó su boca a la de ella con intención de besarla en los labios pero ella en el último instante  lo esquivó y acercándose a su oreja le susurró,

- Te deseo….

Tras ese sensual susurro dejó un beso en su cuello y volvió a sus ojos esperando una respuesta.

 Los ojos de Yaman eran dos inmensos lagos negros y su mandíbula estaba fuertemente apretada. Por unos instantes se quedó totalmente petrificado, era la primera vez que ella tomaba la iniciativa y lo hacia sin artificios de forma clara y directa obviando el burdo coqueteo que tanto había llegado a odiar de las múltiples mujeres que se le habían insinuado alguna vez. No dejó de mirarla a los ojos, buscando ….segundas intenciones, pero sólo vio deseo crudo y sincero…ella lo deseaba a él tanto como él a ella. Llevó uno de su dedos a los labios imposiblemente rojos de ella y tocó el inferior para hacer que así abriese un poco la boca, ella al hacerlo dejó escapar un aliento que le quemó la piel. A continuación fue bajando su dedo por su cuello acariciando a su paso su clavícula y su hombro en dirección al nacimiento de sus pechos y mientras paseaba el dedo sobre la piel del escote de su vestido dijo,

- Debes tener cuidado con lo que deseas…

Ella sonrió y a continuación llevó sus manos a los botones de su chaqueta que comenzó a desabrochar. Cuando terminó lo abrazó por debajo de la chaqueta y se pegó aun más a su cuerpo y mirándolo a los ojos le dijo,

- Me arriesgaré…

https://youtu.be/AqSsNX2PAyY

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