NO HAY FLOR SIN ESPINAS (Capítulo 32)
Capítulo 32
Ciclo génesis imperfecta
La mañana amaneció placida y bochornosa por lo que Ezgi se había vestido con ropa veraniega. El corto vestido de un bonito tono violeta azulado era muy similar al de sus ojos. Lo había complementado con unas sandalias tipo cuña de color beige muy altas y se recogió el rubio cabello en una trenza de raíz. Esos zapatos y el pelo despejado de la cara la hacían sentirse más alta.
A ver…ella sabía que era más bien bajita…pero desde que llegó a la mansión se sentía minúscula…, pensó mientras se miraba al espejo. Seher le sacaba sus buenos cinco centímetros de altura, al igual que Neslihan, Ziya, Cenger y Adalet. Yaman y Aksak ….bueno ellos eran enormes torres comparados con cualquiera, especialmente Aksak, que incluso pasaba a Yaman. Ella sólo podía vanagloriarse de ser más alta que Ikbal, pero claro, esta se ponía tacones de un kilometro de alto lo que la dejaba atrás…se podía decir que sólo superaba a Yusuf en casa y obviamente era sólo una cuestión de tiempo que eso cambiara.
Esto la había hecho decidirse a sacar sus cuñas más altas, ponerse un vestido corto que hiciese ver sus piernas más largas y modificar el peinado…todo para potenciar su metro sesenta y siete. El hecho de que hoy le tocara vigilancia no tenía nada que ver en su cambio…para nada. Las anteriores guardias habían sido…peculiares. Había estado nerviosa el primer día, Aksak la ponía nerviosa y después de su primer encuentro…en fin digamos que aún le hormigueaban los dedos tras la descarga eléctrica al tocarse para el saludo.
Pero ese primer día de vigilancia él fue muy cortes…y silencioso. Tomaron turnos para tener siempre un ojo en el camino de entrada a la cabaña del sicario esperando cualquier movimiento. Mientras no vigilaban leían y cuando lo hacían escuchaban música…no hablaron más de lo imprescindible y esta rutina se había establecido como norma. Él ni siquiera la miraba…así que ella había acabado por relajarse y aceptar que él no estaba para nada interesado en ella en ningún aspecto. Le dio cierta pena porque ese moreno de ojos azules le provocaba un no se qué…que qué se yo, que le convertía las piernas un tanto en gelatina.
Ezgi recibió un mensaje en el móvil de Aksak en el que le decía que la estaba esperando en la puerta. Cogió su bolso con la cámara y bajó a la cocina donde recogió los tuppers con la comida del día para ambos y salió de la mansión al encuentro de su compañero de vigilancia.
Cuando Aksak vio salir a Ezgi de la mansión no pudo ser un caballero y salir a ayudarla con las bolsas. Sencillamente nada en el mundo lo podría haber movido del sillón del coche en ese momento. Como era la norma habitual con ella cierta parte de su cuerpo reaccionó con entusiasmo a su llegada…además hoy estaba espectacular.
¿Porqué no conseguía sacársela de la cabeza?....Desde ese primer día en que la conoció algo cambió dentro de él…podía reconocerlo ante si mismo por más que lo negara a los demás. Y no sólo fue el impacto del primer encuentro…los días que habían pasado juntos en la vigilancia habían sido los peores de su vida. Mirarla a hurtadillas se había convertido en su especialidad…ahora conocía casi todos sus gestos…Por ejemplo cuando escuchaba a alguien con atención interesada en el tema de conversación inclinaba su cabeza hacía la derecha y cuando escuchaba por educación porque se aburría hacia la izquierda. Cuando hablaba ella enroscaba un mechón de su rubio cabello en el dedo y mientras leía tenía la costumbre de morder su labio inferior. Esto conseguía, que sus ya exuberantes labios, aumentaran su grosor y tomaran un tono rojizo…su díscola imaginación ya había tomado esos labios mil veces…
Ezgi entró en el coche y le dio lo buenos días, su entrada vino acompañada de su olor a jazmín y de los dulces que ella siempre traía consigo. La voz se le atascó en la garganta y sólo pudo corresponder con un movimiento de cabeza, no muy seguro de que diría si liberaba su voz.
El trayecto de una hora hasta la casita de vigilancia se hizo en silencio como siempre…Ezgi aprovechó para tragarse su decepción y decirse mil veces que esto era lo mejor. La falta de interés de Aksak era lo mejor, una relación entre ellos no sería inteligente. Porque si no salía bien también afectaría a Yaman y Seher volviendo cualquier encuentro incomodo. Y por nada del mundo incomodaría a quienes le había abierto las puertas de su hogar convirtiéndola en una más de la familia.
Mirar a Yaman y Seher juntos era…bueno era difícil de explicar. Parecían estar sincronizados, si uno alzaba la cabeza para llamar al otro, de repente sus miradas se buscaban cómo respondiendo a una llamada silenciosa que ellos y sólo ellos podían escuchar. También se hacía patente que no podían dejar de tocarse…un roce de manos al pasar, apartar un mechón de cabello del rostro, ajustar la ropa…todo era excusa para un furtivo contacto tan necesario como respirar.
Yaman era un autentico encanto, incluso había insistido en arreglar uno de los trasteros para convertirlo en su cuarto oscuro y le había dado diferentes contactos en la universidad para cursos de fotografía de postgrado. En definitiva se sentía como si volviese a reiniciar la vida que llevaba cuando lo aparcó todo para cuidar de su madre. Aunque lo cierto era que los años dedicados a llevar el negocio del obrador de pastelería sola y haber crecido con ello habían hecho que se planteara la posibilidad de continuar la empresa partiendo de cero a su estilo. Lo cierto es que un mundo entero de posibilidades se había abierto ante ella y ahora podia elegir…pero de momento lo más importante era descubrir al traidor en la mansión y conseguir que su familia volviese a dormir tranquila.
El día de vigilancia transcurría como los días precedentes, sin hablar y entre música y lectura. Habían decidido que la vigilancia solo se haría hasta las tres de la madrugada, en ese momento volvían a casa a dormir y a las siete de la mañana volvían a reanudar la vigilancia. Esta decisión fue marcada por los siguientes hechos…primero que debían combinar esta vigilancia con su vida normal y segundo Yaman se negó en redondo a pasar tantas noches sin dormir en su casa junto a Seher y los niños. En realidad a Ezgi le pareció bien…nadie sabía que estaban realizando dicha vigilancia y era harto improbable que a esas horas de la madrugada se diese algún movimiento extraño.
Ezgi miró el reloj y se dio cuenta de que era su hora de vigilar, ya empezaba a caer la noche y todo estaba en penumbra, se acercó por detrás a Aksak y lo tocó en el hombro. Él dio un respingo ante el toque y la miro casi enfadado por haberlo asustado.
- Es mi turno…come tú ahora y descansa un rato.- le dijo Ezgi.
- Esta bien. – Dijo el cediéndole el lugar junto a la ventana.
Ezgi se sentó en la silla y percibió el calor del cuerpo de él que aún permanecía en ésta. Fue una sensación agradable sentirlo, además desde hacía un rato Ezgi tenía bastante frío…Se había dejado guiar por el buen tiempo y el calor de esa mañana de casi principios de verano y no había cogido ni tan siquiera una chaqueta, cosa que ahora lamentaba. Pero el clima había cambiado bruscamente al caer la tarde y las nubes negras y un viento bastante fuerte se habían hecho presentes. Lo que prometía ser un día veraniego se había convertido en un crudo invierno.
Aksak había salido a la parte de atrás de la casita para estirar las piernas y…para llenar sus pulmones de aire fresco. Ya estaba muy oscuro y se percató del cambio en la climatología. Se preocupó un poco ya que sabía por experiencia que estos cambios de temperatura tan repentinos no traían nada bueno. Como para confirmar su pensamiento, un enorme rayo hizo la noche día con su fulgor y tras un segundo… tronó el cielo, haciendo templar la tierra. A continuación empezó a caer el diluvio.
Entró rápidamente en la casita, no bien hubo puesto un pie en ella las luces se apagaron acompañas de otro rayo y otro trueno. Aksak cogió su móvil y entendió la linterna para dirigirse al pequeño salón. Cuando llegó a éste para su sorpresa lo encontró vacío…
- ¡¿Ezgi?!...- llamó a su compañera en voz alta.
De repente la puerta de entrada se abrió con un fuerte golpe de viento y agua. Los ojos de Aksak volvieron a la mesa de vigilancia junto a la ventana y se dio cuenta de que no estaba la cámara lo que significaba que Ezgi había visto algo y había salido a fotografiarlo.
El corazón de Aksak se detuvo, Ezgi estaba fuera a oscuras en mitad de una tormenta perfecta…sola.
Ezgi temblaba de los pies a la cabeza, hacia escasos quince minutos todo estaba bien… Había escuchado a Aksak salir de la casita y eso la había ayudado a respirar algo más tranquila. Después de otro escalofrío y de volver a auto recriminarse su estupidez por no haber cogido una rebeca volvió a centrar su vista en la oscuridad. De repente vio unos faros aproximarse por el camino. Por fin alguien venía a visitar al sicario ermitaño. Esto era lo que llevaban esperando tantos días así que cogió su cámara y corrió fuera para intentar fotografiar el auto visitante.
Había conseguido algunas instantáneas que esperaba reflejaran el numero de matricula del coche. Para ello se tuvo que adentrar en el bosquecillo para acercarse lo máximo posible a su objetivo. Cuando el primer rayo cayó acompañado de ese tremendo trueno ella pudo sentirlo retumbar en su estomago. Luego empezó a llover con una violencia inusitada, en pocos minutos estaba totalmente empapada y se esforzaba por proteger la cámara del agua. No por la cámara sino por su valioso contenido. Definitivamente esto es lo que los programas de climatología denominaban ciclo génesis imperfecta…no recordaba haber vivido nunca una antes…y no creía poder olvidar ésta.
Los dientes de Ezgi castañeteaban sin control, mientras aprovechaba los segundos de luz que proporcionaban los rayos para intentar guiarse de nuevo a la casita… pero todo estaba muy muy oscuro y el agua chorreando por su cara y el viento tampoco ayudaban.
De repente dos fuertes brazos la envolvieron, por un instante Ezgi incluso se mareó del susto…pero sólo fueron unos segundos…Era Aksak…él la había encontrado gracias a Dios. La apretaba contra su pecho y sus fosas nasales se impregnaron de …¿olor a mar? …Otro motivo para quererlo…su olor…
- ¿Ezgi estás bien?- gritó él para hacerse escuchar sobre el estruendo que los rodeaba.
A Ezgi le temblaba tanto el cuerpo que no podía hablar pero le enseñó la cámara que ella seguía intentando proteger con lo poco que tenía. Aksak de alguna manera la entendió se quitó la chaqueta y las cubrió a ella y la cámara con ella. Luego en un fluido movimiento la tomó en brazos y se encaminó de vuelta a la casita.
Woooowwwww súper emocionante!!!! 👏👏👏
ResponderEliminar♥️♥️♥️♥️🔥🔥🔥🔥🔥 espectacular
ResponderEliminar😯😯😯 pero.seras capaz de dejarnos así... Si me da un mini-infartito a mi enanito corazón(para no desentonar con mi mini estatura) jajajaa 😉😉 será culpita tuya.. espero sueño y deseo que ese abrazo de Aksak seque a Ezgi jajajaa. Ya me tienes divagando. Vas a ser mi perdición...gracias guapa!!!!
ResponderEliminarCon ganas de saber cómo continúa... Deliciosa historia!!!
ResponderEliminarWow molto intrigante
ResponderEliminarExcelente Historia, ya me puse al día, pero quedé con deseos de continuar leyendo, más aún con la intriga de saber, quien es el conductor (a) del auto y qué pasará con esta parejita. Felicitaciones👏👏👏👏👏👏👏👏. Neyda
ResponderEliminar😍😍😍😍😘💃💃💃
ResponderEliminarUfff,que mal me dejas guapa,en fin,aguantaré had5a el próximo,gracias guapa
ResponderEliminarSigue, sigue, que me gusta lo de la tormenta!!
ResponderEliminarGracias!!
Intrigante 😘😘😘😘❤️
ResponderEliminarDios Laura 🔥🔥🔥
ResponderEliminarUffff, ya no puedo parar de leer! Me encanta!
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