NO HAY FLOR SIN ESPINAS (Capítulo 36)

 Capítulo 36

Eternidad

Desde la galería de la planta alta Ikbal fue testigo de toda la pedida de mano de esos dos estúpidos. Una sonrisa cruel curvaba sus labios. Él amor siempre era la perdición, aquellos que caían en su embrujo estaban destinados a sufrir el desengaño de la cruda realidad…antes o después.

Ella una vez amó con toda la fuerza de su corazón, y no le sirvió de nada…Él le mintió, decía que no podía amar, que no sabía cómo hacerlo y ella lo creyó. Cuando Yalcin se casó con Kevser y la trajo a la mansión ya poco quedaba de su corazón y cuando supo que ella estaba embarazada ese poco se evaporó. 

El plan era brillante en su origen, ella ya libre de ataduras emocionales movería el mundo a su favor. Sólo Ikbal Kirimli sería la dama de la mansión Kirimli, la dama del imperio que había ayudado a crear. Todo imperio necesita un heredero y para eso sería útil la campesina…el hijo de Yalcin sería el futuro y estaría también en sus manos. Esperó pacientemente a que ella diera a luz y tan pronto como lo hizo todo empezó.  Ella era conocedora de los puntos débiles  emocionales de los Kirimli y los usaría sin duda. Lo primero era romper el corazón de Yalcin y fue tan fácil… la amistad de Kevser con Aksak fue clave…Sólo tuvo que contratar un hombre para que la siguiera y tomara fotografías en los momentos oportunos. Ella se las enseñaría a Yalcin y éste no volvería a  mirar a su amigo y pondría en la puerta a la supuesta adultera. Luego ella su “Ik" se haría cargo de criar al niño y de controlar a  los hombres Kirimli…para siempre.

Pero todo se torció,aunque Yalcin creyó la mentira, aún podía escuchar el llanto de Kevser aquel día… su querido Yalcin quiso ajustar cuentas con su amigo y se fue a buscarlo. Ella había calculado esto y se suponía que Aksak estaría lejos en un barco durante tres meses incomunicado…tiempo suficiente para enfriar el temperamento de Yalcin por cruda indiferencia, pero no habían zarpado por una avería imprevista en el  motor. 

Su error fue subestimar la amistad, Yalcin escuchó a su amigo le dijo que las fotos estaban manipuladas y le mostró fotos propias que hicieron que  Yalcin viera la verdad… estaba casi convencido de los argumentos de su amigo…así que ella dio la orden. Ordenó al hombre que seguía a Yalcin que matara a Aksak y con él las certezas que estaba haciendo crecer de que todo era una traición. Luego el desastre…Yalcin protegió a su amigo aún a costa de su propia vida. El juego cambió y todo siguió adelante. Yaman sí lo creyó todo, no en vano era el más inflexible de los hermanos y colaboró con su indiferencia a hundir a Kevser. 

Aksak también fue una sorpresa para ella, no lo creyó capaz de sobrevivir a la ira de Yaman pero resultó ser astuto. El hecho de que contactara con Kevser para darle esperanza de sacarla del agujero en el que tanto le había costado meterla fue su sentencia de muerte para ella.

Ahora la situación era diferente, la maldita Seher con su aparición lo estropeó todo. Ahora sólo le restaba tomar venganza y desaparecer.  La boda de Aksak y Ezgi era el momento que había estado esperando. Ya había organizado sus finanzas para que no le faltase de nada en su nueva vida en el extranjero y desde la distancia podría regodearse en el sufrimiento sin fin de sus enemigos.

Aksak observaba a Ezgi liar una y otra vez la cinta que colgaba de su anillo de compromiso en  los dedos. Comprendía su frustración mejor que nadie…casi le habían costado la vida esas fotografías …Desafortunadamente éstas no había revelado nada útil…bueno un coche oscuro entrando en la propiedad del sicario pero nada más, los números de la matrícula  eran un  borrón indescifrable.

Sus ojos volaron a sus amigos y lo que vio lo impactó de nuevo. Yaman rodeaba a Seher con su brazo y le susurraba algo al oído…la mano libre trazaba las venas de la muñeca de Seher en un hipnótico movimiento continuo que entendió era tranquilizador. Este Yaman todavía impresionaba a Aksak. Era tan diferente al hombre que conoció que casi le parecía mentira que fuesen la misma persona. Finalmente Seher suspiró levemente y dejó caer su cabeza en el pecho de su marido. Yaman finalmente la había convencido, consolado o conformado…Aksak no podía estar seguro. Los ojos de Yaman buscaron los suyos y entonces éste le permitió ver la rabia en ellos que ocultaba a su mujer. Se les estaba acabando la paciencia, no estaban más cerca de averiguar quien era la amenaza y vivir con esa angustia minaba a cualquiera.

La boda sería en cierta forma un bálsamo a las preocupaciones. Las chicas estarían distraídas en los preparativos y no caerían en el desánimo. Una sonrisa curvó sus labios al darse cuenta de que él era ya un poco como Yaman, su prioridad era que su mujer sonriera.

- ¿Se puede saber porqué sonríes?- preguntó Ezgi a su prometido.

- Vaya…bombón… menuda pregunta…

- Nuestra mejor oportunidad se ha perdido, todo el esfuerzo de vigilancia, la tormenta y todo para nada…no hay nada…

El enfado de Ezgi junto con la desilusión por las fotos era patente y el quiso borrar de sus ojos esa expresión. Aksak optó por el humor para levantar los ánimos.

- Vaya cariño me rompes el corazón…- dijo con voz dolida.

Ezgi lo miro con cara de interrogación y sorpresa, *bien no lo entendía* pensó, pero lo haría…así que le respondió levantando la mano agitando ante ella la cinta de su propio anillo.

- Mira, creo que las vigilancias y en especial esa tormenta…no han sido inútiles del todo ¿no?. De hecho yo tengo buen recuerdo en especial de la tormenta…entonaste una hermosa melodía a dúo con la lluvia y el viento …

Ezgi miraba atónita a Aksak, no podía creer que hubiese dicho eso delante de Seher y Yaman, entonces Seher le habló, 

- Ezgi cariño, ¿has cantado para Aksak?, me sorprendes porque nunca cantas para nadie. Yo misma te he oído poquísimas veces…- volviendose hacía Aksak le alabó,  - Bravo eras tú quien estaba destinado a vencer la timidez de Ezgi, bien hecho.

- Gracias Seher, me considero un privilegiado por ser …el primero.

Ezgi a estas alturas ya tenía rojas hasta las orejas, y tenía muchas pero que muchas ganas de golpear a Aksak. Poco le importaba que fuese casi treinta centímetros más alto que ella y recio como un armario. Se puso de pie súbitamente y tironeó del brazo de Aksak para que la  imitara.

- Hace calor ¿verdad? Y es bastante tarde…acompañaré a “ mi prometido" al coche debe estar muy cansado.

- En realidad…-esta afirmación no se llegó a terminar de formularse ya que Ezgi ya caminaba hacía la puerta tirando de Aksak.

Seher se volvió hacia su sonriente esposo y le preguntó, 

- ¿Tú entiendes que acaba de pasar aquí?

Yaman abrazó a su esposa, le resultaba muy divertido comprobar que aunque Seher tenía una capacidad increíble para deducir cosas y enlazar hechos. Cuándo el tema era de índole sexual no pillaba nada. Él adoraba esa inocencia innata en ella, especialmente porque le encantaba ser él quien la estaba despertando a esa picardía. Aspiró el aroma único de Seher y le susurró.

- De hecho cariño sí lo entiendo, ya que tú también has cantado sólo  para mi…

- ¿Qué  estas diciendo…¿yo?..¿cantar?

- Sí mi amor vamos a nuestra habitación…creo que me apetece mucho escucharte cantar justo ahora…además desde que Halil esta en su propia habitación lo haces mucho mejor…

Esta referencia al niño hizo que Seher se diese cuenta de a que tipo de melodía se referían Aksak y Yaman. Avergonzada por su falta de perspicacia enterró la cara en el pecho de Yaman. Su marido no la dejó avergonzarse y tomando su barbilla con delicadeza la instó a mirarlo. Sus ojos habían cambiado nuevamente de color, estaba excitada…

La excitación de Seher lo inflamó a él y sin querer, ni poder evitarlo, atrapó sus labios con los suyos. Él volvía a ser un hombre hambriento, en lo que a ella se refería nunca se sentía saciado. Cuanto más bebía de ella, más sed sentía. La mezcla de sentimientos que Seher le provocaba en ocasiones lo asustaba…porque sabía que sin ella ya no era posible vivir para él. Ella representaba todo lo que en su vida era hermoso y digno de ser preservado. 

La tomó en brazos para llevarla a su habitación cuando notó que su autocontrol cedía…y se prometió que en cuanto su problema del traidor se solucionara se la llevaría con él  a un lugar apartado dónde ella sería sólo suya… para hacerla cantar dónde el quisiese, sin restricciones, lejos de ojos conocidos o cualquier necesidad de decoro.

Aksak miraba nuevamente esa hermosa espalda, y se metió las manos en los bolsillos para evitar tocarla. Ella estaba enfadada, pero la prefería enfadada a triste. Estaban junto a su coche y él hizo un gesto a los guardias para que se alejaran un poco y les diesen algo de intimidad. 

- Bombón …¿estás muy enfadada?- ella no respondió  y él continuó.

- En una escala del uno al diez …¿ cómo de enfadada dirías que estás?- silencio.

- De verdad…si te preocupa Seher ….no se ha dado cuenta de lo que hablábamos…

Tan pronto estas palabras salieron de su boca,  Ezgi se volvió hacia él hecha una furia. Sus ojos de un color indescriptible que contrastaba con el rubor de sus mejillas. Caminó hacia él que instintivamente retrocedió al ritmo de los pasos de ella y de los golpes en el pecho que ella le iba dando con el dedo para enfatizar sus palabras.

- Estoy un veinte. 

- Mi hermana no es tonta.

- Y si no se ha dado cuenta su marido se lo contará.

- ¿Estás loco?

- ¿Porqué cuentas eso?...

Aksak la miró y se enamoró cien veces más…de nuevo. Cuando creía que era imposible ella lo hacía. Así sin más…ni siquiera conscientemente. 

- Porque no soporto verte triste…yo…tú…nunca debes llorar…no conmigo.

- ¿Y que hay de las lágrimas de felicidad? …¿Esas tampoco las quieres?

Él meditó la inesperada pregunta y contestó,

- Yo…quiero todo contigo…pero sobre todo me gusta verte reír…

La expresión de Ezgi cambió tras la respuesta de él, y lo miró unos instantes  penetrando en los ojos de Aksak. Ella entró en él a través de sus dos ventanas azules a sus pensamientos y él la dejó pasar.  No jugó a apartar su mirada y esconder la intensidad de su amor. Quería que ella lo viera…todo iba muy rápido y la eternidad duraba muy poco.

- Porque te amo…

Cuando Ezgi escuchó las palabras sintió sus ojos anegarse en lágrimas y una sonrisa formarse en sus labios.

- Yo también de amo… 

Al segundo la envolvió la calidez del cuerpo de él, ella era suya…sus lágrimas y sus sonrisas, sus alegrías y sus penas, su miedo y su valentía. Era realmente extraño pensó, cómo dejar de pertenecerse a uno mismo te hacia más libre.

Las manos de Aksak acariciaron su espalda y sus labios se encontraron para un beso que ella terminó. Ezgi se apartó un poco  y los hambrientos ojos de él la recorrieron, pero frenaron abruptamente en sus senos donde dos duros picos se erguían orgullosos y claramente perceptibles bajo la seda. La mano de Aksak por iniciativa propia fue hacia uno de ellos y lo acarició con el pulgar. Volvió a abrazar a su prometida que temblaba entre sus brazos y le susurró al oido.

- Bombón cuando te suelte vas a marcharte de inmediato y entrar en la casa, porque no seré civilizado si paso tres minutos más contigo. La próxima vez que estemos juntos será en nuestra boda y después ya nunca más dejaré que te apartes de mi lado. Tu sitio está a mi lado para siempre. ¿ Entendido?

Ezgi respondió con un asentimiento de cabeza.

- Por cierto bombón… no olvides meter este vestido en la maleta de la luna de miel.