LA CHICA DE LOS OJOS VERDES (Doceava parte)




 La chica de los ojos verdes ( Doceava parte)


Hacía mucho que para Yaman ser el centro de las conversaciones, las miradas curiosas y objeto de interés no era un problema…Mas esa mañana con su suegro a su lado hubiese deseado que fuese diferente. Miró a su alrededor y se sintió volar a otra realidad…En esa realidad él no era el temido y respetado magnate financiero Yaman Kirimli, no, él era Yaman el hijo de Ekrem. Un hombre joven y trabajador quizás dueño ya de un negocio que le permitía vivir desahogadamente, un negocio creado en familia gracias al esfuerzo y la dedicación conjunta. Y hoy llegaba a la humilde y atiborrada mezquita al lado de su suegro…a su otro costado debía estar su padre y tras ellos sus hermanos…

En este día ideal todos los miraban con aprobación y también con cierta envidia…dos hermanas para dos hermanos. Las jóvenes más hermosas del barrio habían estado destinadas para ellos desde que sus ojos se tocaran por primera vez y ahora llegaban felices a pedir al Imman que oficiase la ceremonia de boda de los más jóvenes…

Yaman casi pudo sentir la mirada de aprobación de su padre y el orgullo de un apretón en el hombro…

Pero eso era un sueño… un anhelo…la realidad era que el imponente Kirimli estaba solo y era observado por todos con recelo y desconfianza. Un hombre alto, muy alto… vestido totalmente de negro con prendas caras hechas a medida que desentonaba en aquella cálida mezquita de barrio humilde como un elefante en una tienda de porcelana. 

Casi podía leer sus mentes…* ¿ Cómo va a entregar el Sr. Yusuf a la dulce Seher a este tipo?*…*¿Cómo se ha enamorado Seher de esta clase de hombre?*…En fin…para ser honestos él tampoco lo entendía…

Perdido en sus pensamientos casi no se dio cuenta de que llegaron a una zona con una mesita donde un señor mayor se encontraba sentado en el suelo sobre las alfombras y tres tés ya estaban servidos.  Su suegro se sentó y Yaman plegó su enorme cuerpo para imitarlo. 

Fue entonces cuando se sintió atravesado por unos ojos intensamente azules e inquisitivos que  tras unos instantes de observarlo, se tornaron curiosos… como aún sin él haber dicho una sola palabra ya supieran…

- Ocam gracias por recibirnos con tanta premura . – Dijo el Sr. Yusuf algo apurado.

- No hay nada que agradecer…no soy un hombre tan ocupado Yusuf, además sabes bien que no hay nada que no haría por mi querida Seher…

- Lo sé, lo sé…por eso se lo he pedido Ocam …

- Lo único que no entiendo es esta prisa…que yo sepa Seher no tenía siquiera prometido...a pesar de tanto candidato dispuesto...

Yaman se removió incomodo…y una calor intensa se extendió por su pecho, una quemazón que le hizo cerrar los puños…*¡Celos!* menudo era el Ocam …lo iba a poner bien a prueba.

- Bueno…en realidad mi hija se prometió…ayer…- dijo el Sr. Yusuf intentando explicarse.

- ¿De verdad? ¿Ayer…? Entonces…¿ para cuando queréis que oficie la boda?

- Hoy.

Era la primera vez que que Yaman abría la boca y ese hoy, salió más brusco de lo que pretendía…El Imam lo miró directamente a los ojos y le preguntó.

- ¿Porqué hoy?

- Es lo que queremos…

- ¿También lo quiere Seher?

- Eso es lo que me ha dicho…

- Entonces lo quiere Seher…¿tú no?

- ¡No!...quiero decir sí, es lo que yo quiero también. 

Bien en este momento Yaman se sentía como un jovencito torpe que ni siquiera se conseguía explicar…tomó aire y trató de ordenar sus ideas para convencer de forma razonable al Ocam de que los casara hoy...mas cuando volvió a mirar al Ocam a los ojos para hablarle con ya sus argumentos definidos algo sucedió y habló con palabras que no supo de donde venían pues procedían de un lugar al que nunca dejó hablar hasta que ella llegó…

- La amo…bueno creo que la amo…Yo no se mucho del amor, no había madre ni padre que guiaran mi camino y me mostraran que es amar a una mujer. Pero desde que la vi por primera vez…ya nada fue igual. Se metió en mi cabeza para no salir, es el primer pensamiento en la mañana y el último en la noche…ya no estoy sólo. Yo no entendía esa compulsión de los enamorados…ahora se que no es algo que se entienda sino algo que se siente.

- Y ella…¿ Qué siente?

Una sonrisa iluminó el rostro de Yaman y el Ocam pudo ver al joven enamorado bajo el hombre duro.

- Ella dice que me ama…que estoy en el centro de su corazón…

Al decir esto llevó su mano al pecho y el Ocam le dijo.

- Hijo, tu anillo de compromiso esta en la mano equivocada..

- No, Ocam no lo está…

- ¿Tú lo pusiste ahí?

- No…ella lo hizo y ahí se quedará por siempre…

- ¿Dónde está el anillo de ella? 

- En el mismo lugar que el mío …

- ¿Quién se lo puso ahí?

- Yo.

- ¿Porqué?

- Porque es el lugar que le corresponde…en el centro de mi corazón...de todo mi ser.

El Ocam tomó aire y miró a Yaman con cierta satisfacción, luego miró a Yusuf y le dijo.

- Bueno amigo, esta tarde iré como testigo a una unión  que ya se celebró a ojos de Dios…ya se entregaron sus manos y sus corazones ahora lo harán frente a su familia…os veo esta tarde a las ocho.


Seher iba y venía de la ventana al espejo. Yaman aun no había vuelto y no tenía noticias de él…Aquella mañana había ido con su hermana a buscar su vestido de novia, esta sería una boda religiosa y muy íntima por lo que se decidió por un hermoso traje tradicional blanco y bordado al completo con filigranas de flores y el velo era un hermoso tul con encaje para cubrir su cabello. Éste colgaba ahora  de la puerta del armario esperando su uso. 

Ella esperaba que todo fuese bien, el Ocam era como un  tío para ella y ella supo que él entendería las señales…pruebas de que ese hombre que se presentaba ante él era su amor. Pero esperaba una llamada de Yaman o de su padre, algo pero nada…desesperada acabó por bajar a la cocina y hacer algo para distraerse.

Allí la encontró Yaman cuando volvió, estaba atareada con algún tipo de masa y cubierta de harina. Ella no se dio cuenta de su llegada pero Adalet sí, con un gesto le dijo que guardara silencio y los dejara solos…Con una sonrisa sabedora Adalet se marchó discretamente, cerrando la puerta.

Yaman se acercó a la espalda de Seher y la abrazó, enterró la cara en su cuello e inhaló su único y maravilloso aroma. Por sólo un instante Seher se paralizó pero enseguida reconoció a su chico y se relajó entre sus brazos al fin.

- ¿Cómo ha ido todo? ¿Aceptó el Ocam oficiar el matrimonio?

Yaman paró de darle los pequeños besos que le estaba dando en el cuello y susurró en su oído.

- ¿Tú que crees?

- No lo sé…espero qué sí pero…

- No finjas más..

- ¿Fingir yo...no entiendo?

Seher se volvió entre sus brazos queriendo ver su expresión y quedó atrapada entre el cuerpo de Yaman y la encimera de la cocina ya que él no se retiro ni un paso. Así pecho con pecho ella volvió a preguntarle.

- ¿Porqué dices que finjo?

- Porque lo haces…

Seher estaba desconcertada, él se había dado cuenta de su juego…bien claro…era un hombre muy inteligente debía tomar nota de ello de cara al futuro.

Yaman volvió a retomar los besos en el cuello y a acariciar su cintura…Seher se empezó a acalorar y trató de apartarlo.

- Para…podría entrar alguien…

Como respuesta Yaman la aupó sobre la encimera y la sentó en ella. Le abrió las piernas y se metió entre ellas. Y le dijo.

- Bueno sabes que tu Ocam, ya nos considera casados…- dijo esto poniendo su mano izquierda con la alianza delante de sus ojos. – Así que puedo hacer contigo lo que quiera…

No le dio opción a contestar…sujetó su cara y besó sus labios despacio pero con fuerza. Un beso hambriento que prometía mucho más…que prometía todo un mundo y los arrastraba a un lugar en el que el tiempo y el espacio no tenían cabida.

Se besaron por un tiempo indefinido perdidos en las sensaciones hasta que Seher tocó su piel…ella le había desabrochado la camisa sin que Yaman se diese cuenta y el tacto de sus manos fue tan  electrizante que de alguna forma lo hicieron volver a sus cabales. *¡Señor! Esta mujer puede acabar conmigo en un minuto * pensó Yaman mientras la abrazaba contra su pecho en un intento de parar sus esfuerzos en desvestirlo.

Poco a poco la respiración de Seher se fue normalizando y ella también salió de la bruma sensual en la que ambos se habían perdido.

- El Ocam aceptó venir a casarnos, o mas bien a ser testigo oficial de algo para él ya hecho…claro que primero…

- ¿Primero qué?...

- Consiguió que declararse mi amor por ti delante de tu padre y de todos los hombres de la mezquita…

- Yo…yo…no se que decir…no pensé que te haría algo así…lo siento tanto yo…

- No lo sientas…nadie me obligó…me sentó bien...

- ¿Te sentó bien?

- Sí fue …liberador…

- No te entiendo…me temo…

- Cariño fue liberador que todos supieran que te amo…porque Te amo..

Seher comenzó a llorar, un llanto de alegría…él  la amaba…Yaman al verla llorar solo pudo abrazarla y le dijo…

- ¿Espero que estés llorando de alegría y no de pena como quedaron llorando tus múltiples pretendientes en la mezquita…?

Seher empezó a reírse en medio del llanto y le dijo.

- Eres imposible…

- Lo sé pero me amas así… 

- Sí,  te amo así…

Continuará…




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