EL RATONCITO (Capítulo 2)

 




Capítulo 2


La ventisca no daba señales de remitir en breve. Era imposible saber que hora del día o de la noche era. Todas las ventanas de la casa que tenían persianas estaban echadas para evitar el frío y las que no mostraban una maraña blanca similar a la imagen de un televisor sin conexión de antena. En cualquier caso en la casa de Yaman al igual que en todas las casas de su misma calle y de su misma ciudad no había suministro de electricidad ni indicios de que la  hubiese en breve. 

En la habitación reinaba el silencio, gracias al fuego de la chimenea el ambiente era tibio y permitía a las  tres personas que dormían en la cama descansar tranquilos. La noche había sido movida y sus agotados cuerpos sucumbieron al cansancio. Visto desde fuera eran la imagen de la tranquilidad familiar…un joven matrimonio y su bebé haciendo frente al frío en una tormenta…

La realidad era muy distinta…ese hombre moreno de espesa barba y bigote negros como la noche no era el marido de la hermosa joven que se acurrucaba sobre su pecho y a la cual rodeaba con sus brazos con gesto posesivo de forma instintiva durante el sueño. Él tampoco era el padre de la pequeña bebé que dormía boca arriba con sus bracitos abiertos ocupando la mayor parte de la superficie de la cama.  Nada era lo que parecía ser a simple vista…pero era todo lo que prometía ser.

Seher no podía moverse, algo la aprisionaba, un algo agradable en realidad…ese algo generaba calor, mucha calor que aliviaba su frío crónico. Aun así se dio la vuelta ya que su cuerpo semi dormido le pedía cambiar de postura. El movimiento dejó a su espalda ese “algo” cálido…pero no duró mucho ..unos segundos después volvía a estar aprisionada y envuelta en ese maravilloso calor y se dejó llevar nuevamente a la deriva del sueño con un suspiro de satisfacción.

Yaman se despertó despacio, algo extraño en él, que debido a su insomnio se solía despertar como un resorte en cuanto había conseguido un par de horas de sueño. ¿Cuántas horas había dormido?...el ambiente estaba aun en penumbra como si fuese de noche pero algo le decía que no lo era. Poco a poco  fue recobrando sus sentidos y fue consciente de su entorno…Estaba en su habitación, en su cama…como una avalancha los hechos de la noche anterior volvieron a su mente haciéndolo consciente de todo…y centrando toda su atención en la mujer que estrechaba entre sus brazos. 

A pesar de la sorpresa inicial Yaman no se movió…se dio cuenta de que era una sensación demasiado agradable sentirla contra su cuerpo. Hacía muchísimo tiempo que no estaba así con una mujer …y nunca en su cama. Sin darse cuenta la apretó más contra su pecho, el ratoncito se retorció como respuesta a su presión pero no para apartarse…sino para  pegarse más a él. Su trasero se removió frotándose contra la incipiente erección de Yaman lo que lo hizo contener la respiración…Sin querer ni poder evitarlo la mano de él que rodeaba su cintura trepó por su torso para acunar uno de sus pechos. Era un pecho firme y generoso que le llenó la mano. Ella suspiró en respuesta y él deseó más mucho más…su boca encontró su cuello y embriagado en su aroma besó la cálida piel que allí descubrió. 

Ella respondía dócilmente a sus caricias y fue consciente de que estaba dormida…eso fue como un pequeño cubo de agua fría a su ardor. Ella no era consciente de lo que estaba sucediendo, no podía seguir…maldijo su sentido del honor pero no pudo evitar dar un último beso a esa suave piel. Cuando a regañadientes  soltó su pecho notó su pezón erizado bajo  su tacto y estuvo a punto de mandar a la porra su honor. Entonces una repentina tensión en el cuerpo de ella lo hizo darse cuenta de que ella se había despertado…Sin saber que hacer optó por quedarse quieto y fingirse dormido.

Seher apenas respiraba, no se atrevía ni a moverse …él…él …la estaba abrazando y tenía su mano en su pecho. ¿Cómo había sucedido esto? Anoche lo último que recordaba era conseguir que la pequeña se durmiera …lo que le había costado horrores…sabía reconocer a los niños con problemas y la pequeña Sila tenía algo… su llanto no era normal…¡la niña! Abrió los ojos de golpe y la vio plácidamente dormida a su lado. El alivió la inundó pero la llevó de vuelta al hecho de que tenía un hombre dormido a su espalda abrazándola de forma muy íntima. Por qué estaba dormido ¿verdad?...se armó de valor y se dio la vuelta entre sus brazos para quedar cara a cara con él y comprobarlo.

Estaba dormido…el hecho de que eso fuese así la relajó por completo. Seher aprovechó las circunstancias y por fin lo miró más de cerca como siempre había deseado. Aunque ni en sus más locas fantasías había imaginado poder verlo tan de cerca y mucho menos envuelta en sus brazos. Nunca había estado así con ningún hombre…así que decidió que por una vez en su vida por un par de minutos se dejaría lleva por sus deseos. Era mucho más guapo visto de cerca  su espeso cabello negro combinaban con su también espesas cejas y pestañas... éstas las tenía larguísimas y tupidas. A causa de las gafas que solía usar para trabajar y la distancia esto era algo de lo que nunca se había percatado. La espesa barba y bigote necesitaban un recorte, especialmente el bigote, que tapaba el labio superior casi por completo. Seher deseo saber como era ese labio y en un impulso inconsciente llevó los dedos a la boca de él y acarició el crespo bigote  apartándolo lo suficiente para descubrir un labio lleno y exuberante que deseó probar…

Yaman estaba a punto de estallar …su ratoncito lo estaba volviendo loco. Al mantener los ojos cerrados no sabía lo que sucedía sólo podía escuchar y sentir…y Dios cómo sentía…después de darse la vuelta él supuso que ella lo observaría y que luego se iría…pero se quedó quieta entre sus brazos nuevamente relajada…¿le gustaba estar ahí?¿entre sus brazos?  Entonces ella tocó su bigote buscando acariciar su labio y quiso más…mucho más…lo quiso todo…

Sin abrir los ojos la apretó contra su pecho y buscó su boca, o sí, ella se paralizó pero no se fue…aceptó su beso, se obligó a besarla despacio y no devorarla como en realidad deseaba…su sabor lo enloquecía pero se controló …ella le respondía indecisa pero cuando notó su mano en el  pelo en respuesta, no supo cómo pero lo supo…no era indecisión sino inexperiencia…lo que lo volvió a hacer arder aun con más fuerza…ella era novata en el sexo o tenía muy poca experiencia. Normalmente eso lo hubiese echado atrás, le gustaban las mujeres experimentadas pero ella…ella era diferente de alguna forma lo había sabido siempre, desde que llegó aquella primera noche a la oficina y desde entonces no entendía porqué la esperaba. No con pretensiones de nada más…sólo saber que ella estaba cerca.

Ahora todo había cambiado y el más y el cerca se habían convertido en todo su mundo…ella era suya...punto, lo sabía con una seguridad tan absoluta como que el día llegaba tras la noche. Algo que se sentía tan correcto no podía ponerse en duda, bajo la mano por su espalda y la llevó a su trasero que empujó hacia su erección ávido de sentirla contra él. El atrevido movimiento la tomó por sorpresa y un jadeo escapó de sus labios. Yaman paró el beso y separó su cara para poder mirarla a los ojos sin dejar de apretarla contra él. Una sonrisa involuntaria se dibujó en sus labios, por la sorpresa…ella ya le parecía perfecta pero aun podía cortarle la respiración, pues se encontró mirando los ojos verdes más increíbles que alguna vez hubiese contemplado.

La contempló unos segundos y fue viendo cómo ella se hacía consciente de la situación y de lo que estaba ocurriendo y antes de que ella entrara en pánico tomó una decisión. Se desperezó y se dio la vuelta  dándole la espalda para seguir “durmiendo” y que ella pensase que nada de esto había sucedido de forma consciente. Él era un hombre muy esquemático, siempre tenía un plan y se tenía por eficaz. Su vida últimamente había sido un caos, pero eso iba a acabar…y definitivamente él tomaría las riendas por fin… sería el gato que por fin había encontrado a su ratoncito. 

El silencio se hizo pesado hasta que la pequeña Sila comenzó a llorar dando por finalizados cualquier clase de sueño, real o fingido…

Seher reaccionó rápidamente y tomó a Sila en brazos, el pañal estaba cargado y probablemente ya tuviese hambre. Buscando la forma de volver a sus sentidos y al control de la situación se concentró en la pequeña. Era realmente una niña hermosa tenía el pelo rizado  muy negro y unos imponentes ojos negros rasgados…se parecía a su papá. Una punzada le atravesó el pecho, esta niña era la hija de Yaman y la mujer que se había marchado la noche antes debía ser su mujer. Hasta éste instante no se hizo consciente de la enormidad  de lo que había estado haciendo. Se estaba besando con un hombre casado, casado y medio dormido que quizás la confundía con su esposa…quiso que la tierra se abriera y se la tragara. Cómo demonios se había dejado llevar tanto… Sólo le quedaba rezar para que él no se acordase de nada o pensase que todo había sido un sueño.

Salió de la cama con la pequeña y se sentó en el sillón junto a la chimenea y puso un par de palos en el hogar para avivar el fuego. Sila jugaba con su cabello muy concentrada pero no lloraba. La noche antes se la encontró muy alterada pero era un bebé que lloraba sin lágrimas y se revolvía con tal fuerza que casi no la podía manejarla. Su contacto en lugar de tranquilizarla como sucedería con cualquier bebé la ponía más frenética, en medio del forcejeo el pañuelo que cubría su cabeza cayó y su larga melena cubrió a la pequeña que al momento dejó de llorar fascinada con este nuevo juguete. Se dedicó a entrelazar sus pequeño dedos en los largos mechones y eso permitió a Seher moverse por la casa. Tomó todas las precauciones obvias en estos casos, comprobó y cerró puertas y ventanas para contener el frío. Se dio cuenta de que sólo en uno de los dormitorios había chimenea y pensó en encender el fuego por si la electricidad o la caldera fallaban. Después de atender a la niña recogió todo lo que pudo del desastre que había armado en varias zonas de la casa. Localizó velas y cerillas en la cocina e incluso pudo dejar a la niña un rato sola para salir de la casa a coger toda la leña que pudo encontrar. Para cuando terminó todo lo que se había propuesto hacer, estaba agotada y empapada. Aunque fue una suerte que se decidiera a hacerlo porque justo cuando terminó de hacer el café todo  se apagó y gracias a sus preparativos no se encontró desvalida. Tomó a la pequeña y se metió en la habitación de él. Estaba segura de que era el dormitorio principal ya que todo olía como él, a madrera y sándalo. Se vio obligada a buscar entre la ropa del armario algo que ponerse pues su ropa estaba empapada. Encontró una sudadera vieja pero muy suave y cálida y un pantalón de chándal. Todo le quedaba bastante grande pero era temporal mientras su ropa se  secaba. Finalmente dejó algunas cosas preparadas por si Yaman volvía y se metió con la niña en la cama para dormirla y ella también cayó dormida.

Mientras todos estos recuerdos y pensamientos se arremolinaban en su cabeza, automáticamente se hizo cargo de la niña, le cambió el pañal y le preparó el biberón calentándolo al baño maría en un cazo que había dejado previsto para ello. Yaman apoyado en la cama la observaba absorto, la eficacia y la pericia con la que se hacía cargo de la niña lo impresionaron…de repente un pensamiento más que inquietante lo asaltó…¿tendría ella hijos?...¡no! no podía ser… la mujer que había besado hacía un rato era muy inexperta…él no era un muchachito sin experiencia que no pudiese detectar eso, tenía ya treinta años…¿Cuántos tendría ella?...

- ¿Cuántos años tienes?- la pregunta escapó de la boca de Yaman sin poder evitarlo.

Seher se tensó, él estaba despierto…y casi sin pensar le respondió.

- Veintitrés…

- Se te da bien…manejar niños…quiero decir…

- Sí…así es …tengo mucha práctica…

- ¿Tienes hijos?...- la pregunta sonó como una acusación, y consiguió que Seher se volviera hacia él y lo mirase directamente a los ojos para contestarle.

- No…y ¿Sila es tu primera hija?

- Sila no es mi hija…bueno sí…

Yaman vio la cara confundida de Seher que lo miraba sin comprender, y vio como se mordía el labio inferior a la espera de su explicación…Ese gesto nervioso lo puso nervioso a él y el recuerdo del tacto de esos labios en su lengua lo hizo removerse excitado. 

- Sila es mi hija, pero no biológica…

- ¿Es adoptada?

- No exactamente…es algo complicado pero no es adoptada…cuando nació yo la reconocí como propia lo que me convierte en su padre.

- Pero no es tuya, aunque se parece mucho a ti…¿porqué reconociste a una niña que no es tuya?

- Porque es mi sobrina…y no quería que acabase en un orfanato.

- Lo hiciste bien…no es buen sitio para nadie si existe una alternativa…

- ¿Cómo lo sabes?

Seher le devolvió una mirada triste y le contestó.

- Lo sé…porque yo  me crie en uno…  

Continuará….


Comentarios

  1. Laura me encantó 😍 mil gracias ...Elinize sağlık

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  2. Súper está Historia. Muy lindo y emotivo capitulo 👏👏👏

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  3. Eres increíble...me transportas al escenario con tanta realidad..por eso te admiro, mil gracias guapa 😗😗

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