EL RATONCITO (Capítulo 5)





Gracias Mer por la foto 🌬💋💋💋


Capítulo 5

La última palabra pronunciada quedó como flotando en el aire. Los ojos de Seher buscaron los de él y allí se quedaron. Verde contra negro y mil preguntas encerradas entre ellos. Seher vio en ellos sinceridad..*¡¿Santo cielo…está hablando en serio?!…Imposible...*

Justo en ese instante, tras un par de flashes se encendió la luz del techo. Había vuelto la electricidad por lo que pronto  la cuidad volvería a la normalidad. Con  la potente luz de la lámpara todo se volvió diferente…Seher seguía sentada sobre el regazo de Yaman pero el  ambiente de intimidad se había perdido. Bajo esta nueva luz se observaron de nuevo, ellos siempre habían coincidido bajo luces tenues tanto en el trabajo como durante la tormenta y ahora nuevos detalles se revelaban al amparo de la claridad. Él descubrió que los  ojos verdes de ella no eran del todo verdes sino verde azules, que sus labios no necesitaban maquillaje para ser rojos, solo necesitaban sus besos…y que su piel no sólo era suave …era perfecta. Ella notó una pequeña marca en el centro de su frente, probablemente un accidente de la infancia que hablaba de un niño travieso lejos del hombre de oficina serio por el que lo tenía, contempló nuevamente sus larguísimas pestañas que casi llegaban a tocar sus cejas y su boca…una boca de labios carnosos pero firmes de la que ahora ya conocía muy bien su sabor…un sabor del que fácilmente podría hacerse adicta..  

Semejante pensamiento la asustó, esto no era posible…no, esto había sido una aventura. Eso era una aventura hermosa que recordaría cada vez que volviese a nevar…y en Estambul nevaba todos los años… No podía ser, era una locura…circunstancias extraordinarias los habían llevado a comportamientos igualmente extraordinarios. Eso era todo…se cambiaría de ropa y se marcharía a su casa a continuar sus planes, su vida…

En la cama, casi como si de alguna forma hubiese escuchado sus planes de marcharse Sila comenzó a llorar. Seher como impulsada por un resorte abandonó la calidez de los brazos de Yaman para ir a coger a la niña. Yaman la observó tomar a la pequeña que se calmó al instante en los brazos de la mujer. No era un hombre estúpido y Seher no era buena jugadora de poker…porque leyó sus pensamientos con total claridad…ella estaba asustada. Vio el momento exacto en el que ella decidió que se marcharía, pero también, no  sabía si suerte o desgracia  vio su anhelo por él…Tenía posibilidades de conseguirla…estaba seguro, así que supo exactamente que hacer…

Yaman se levantó y se acercó a Seher extendió su mano, ella se envaró a la espera de que él la acariciase pero el objetivo final no fue ella, fueron los sedosos rizos de Sila…Entre aliviada y también decepcionada lo miró en silencio. Entonces él dijo,

- ¿Nos ayudarás?

Seher se quedó callada no entendía la pregunta así que preguntó.

- ¿Ayudaros?...No entiendo.

- Necesitamos tu ayuda…creo que es obvio…Sila es especial como ya sabes, sólo nos tolera a mi y a Leila…Cómo sabes Leila esta herida y la realidad es que solo no puedo. Tengo el trabajo, la niña y ahora también tengo que buscar a la  madre de Sila…

- ¿No tienes familia?

- Tengo…pero no viven en Estambul, yo soy de Sivas.. además mis padres no saben nada de Sila…

Seher lo miró sorprendida, ¿porqué los abuelos no conocían la existencia de su nieta?...Yaman la miró sintiéndose un tanto incomodo y le contó toda la historia de su hermano y todo lo que había sucedido desde la última vez que habló con él.

- ¿Comprendes porque no he podido contárselo? No tengo respuestas… no he vuelto a hablar con mi hermano y ahora que Kevser se ha ido las cosas son aún más complicadas. Esto mataría a mi madre, la incertidumbre, la preocupación…su corazón no está del todo bien, hace tres años sufrió un infarto y que mi hermano se marchase casi provocó otro…

- Bien lo comprendo pero…¿cómo quieres que os ayude?

Yaman le dirigió una mirada esperanzada, iba por buen camino.

- Lo cierto es que necesito a alguien que venga aquí a casa, alguien con quien coordinar el cuidado de Sila…una vez que Leila vuelva sería todo aun más fácil…Se que te estoy pidiendo mucho…pero me dijiste que nadie te espera…no te lo pediría si no fuese por la niña…es  muy pequeña y ha pasado ya por tanto…contigo parece feliz…¿Qué me dices?

Seher no sabía que contestar la había pillado con la guardia baja. Lo que tenía en mente era salir de allí y no mira atrás y ahora…él le pedía esto. Sila tiró de su cabello y la miró directamente a los ojos. Sus preciosos ojos negros clavados a los de su tío la miraban con confianza y alegría. Y supo que no se podía negar…en algún momento cuando la situación de la niña fuese más estable ella se apartaría. Por otro lado el cuidado de Sila le reportaría experiencia para su futuro trabajo y cuidar de una niña no sería impedimento para sus estudios. Solo le quedaba una asignatura por pasar y la tenía preparada. Así pues tomó aire y le dijo a Yaman.

- Esta bien vendré y te ayudaré con a niña, lo hago únicamente por ella…¿de acuerdo?

- Alto y claro…muchas gracias. – Respondió Yaman mientras pensaba * ¿solo por la niña no? Bien de momento es suficiente…*

Así de esta forma tan poco habitual comenzó la relación de Yaman y Seher. Ambos eran personas muy organizadas  y rápidamente crearon un sistema y horario para mantener a la niña atendida y continuar con sus obligaciones. Yaman empezó  a trabajar desde casa, antes le  había sido imposible  por la situación en casa de constantes lloros y crisis pero ahora todo había cambiado. Seher llegaba por la mañana y se hacía cargo de la  pequeña para que Yaman pudiese trabajar, no solo eso también se encargaba de limpiar, ir a hacer la compra y cocinar. Al principio se había negado a aceptar dinero de Yaman pero él hábilmente la convenció de dejar el trabajo de limpiadora nocturna y convertirse en su ama de llaves. Seher había alegado que cuidar de Sila para ella no era un trabajo y él le dio la razón…pero también le dijo que todo lo demás que hacia sí lo era y que si ella no aceptaba tendría que contratar a alguien. Ese alguien sería un extraño alrededor de Sila…Todo lo que implicara a la niña era el talón de Aquiles de Seher y ella acababa siempre por claudicar. 

No volvieron a tocar el tema de los besos de aquella noche, como si hubiesen sido un hermoso sueño que se disipó de la  misma forma en la que lo hizo la tormenta.

Habían pasado varias semanas desde entonces y la armonía en casa era total. Leila estaba sentada en la mesa de la cocina y observaba a Seher moverse por ésta con total desenvoltura mientras preparaba un té. La pequeña Sila  estaba en su trona jugando con varias cucharas de madera que Seher le  había dado para entretenerla. Era increíble el cambio de la niña, nada quedaba del interminable llanto rabieta que la habían caracterizado los primeros meses de su vida. Ahora era un niña hermosa y feliz…Leila  sonrió satisfecha esta chica había llegado a sus vidas como caída del cielo…especialmente para Yaman.

 Desde el primer momento en que lo conoció se dio cuenta del inmenso peso que se había echado el hombre a los hombros por decisión propia y no en su beneficio. Reconoció a la niña y batalló con la madre de ésta durante meses sin decir nada a nadie de su familia para protegerlos. Luego llegó Seher una pequeña chica tímida como un ratoncito y tan infinitamente solitaria… pero que no dudó un instante en ayudar a un desconocido y a una niña que no eran  nada suyo. ¿No se daban cuenta de lo adecuados que eran el uno para el otro?, se preguntó.

Yaman entró en la cocina en un descanso en su trabajo ya que le había llegado el  olor a té a su despacho.

- Señora Leila no la había escuchado llegar, ¿cómo se encuentra?

- Estoy muy bien hijo aquí charlando un rato con Seher y mi pequeñita. Por cierto Seher querida ¿que tal fue tu examen?

Seher se volvió a mirar a Leila sorprendida de que la buena mujer se hubiese acordado…no se acostumbraba al hecho de tener personas en su vida  que se interesasen por sus cosas.

- Muy bien gracias…de hecho esta mañana me dieron las notas finales...

Un silencio expectante siguió a su afirmación y observó a Yaman y Leila mirarla en silencio a la espera, hasta que Leila la apremió y le dijo,

- ¡Por Dios niña habla! 

- Ahhh pues sobresaliente…- dijo Seher con timidez.

- ¿Sobresaliente? ¿Eso significa que te graduarás con honores verdad?

- Sí, eso parece.

Leila se levantó de la silla y la abrazó con ganas,

- ¡Bravo Niña! Sabía que lo conseguirías.- le dijo con orgullo maternal.

La pequeña Sila empezó a agitar los brazos y hablar en su propia lengua animada por la repentina actividad. Leila la tomó en brazos y arrugó la nariz,

- Oh oh me temo que aquí ahí una señorita que necesita un cambio urgente de pañales.

Seher se acercó rápidamente con intención de coger a la niña y llevarla a cambiar, pero Leila se lo impidió.

- No querida yo la cambiaré por extraño que suene lo echo de menos…a veces. Vosotros tomad el té tranquilos y ahora volvemos.- dicho esto salió de la cocina dejándolos a los dos solos.  

Yaman se acercó a Seher algo cauteloso y le dijo,

- Yo también quiero felicitarte...¿Puedo?

Seher miró a Yaman un tanto sorprendida, lo cierto es que en estas semanas ni siquiera se habían rozado accidentalmente. Ella había puesto muchísimo cuidado en ello…Al principio por desconfianza hacia él, y si tenía que ser honesta consigo misma, desconfianza consigo misma. Él era peligroso para ella …hacía que olvidase todo a su alrededor incluidos sus objetivos.

 Ahora ya no sabía como comportarse con él, porque ahora ya no era un desconocido… Ahora era peor…porque sabía mucho de él, casi todo en realidad. Pasaban el día entero juntos y solo se separaban cuando ella iba a sus clases, él salía por temas de trabajo y por las noches cuando ella volvía a dormir a su pequeño apartamento. De hecho era lo único que hacía en él. En una ocasión Yaman le ofreció irse a vivir con ellos, la casa era grande y tendría una habitación para ella. Estuvo tentada de aceptar la oferta pero no se atrevió…Yaman buscaba a su hermano y a Kevser, pero especialmente a su hermano…¿Qué sucedería cuando lo encontrara?...pues que se marcharían, eso pasaría antes o después, volverían a su Sivas natal donde tenían toda su vida y su familia. 

- ¿Seher?.- la voz de Yaman la sacó de golpe de sus pensamientos, lo miró y recordó su pregunta.

- Claro que puedes felicitame…

Yaman se acercó a ella despacio, controlando sus movimientos como siempre hacía a su alrededor. Porque tenerla cerca y no poder tocarla era una tortura. Se conformaba con roces accidentales, que no eran tan accidentales obviamente, y con mirarla. La miraba mucho, muchísimo de hecho. Memorizó cada uno de sus gestos y hasta casi podría haber contado las veces que parpadeaba en un minuto con sus impresionantes ojos turquesa. Pero ella no le había dado pie a nada más…y él tampoco tenía claro que más vendría después…porque lo que si estaba claro es que si esa boca volvía a respirar en la suya no podría parar…no querría parar.

Seher cerró los ojos de puro placer al sentirse  entre sus brazos. Apoyó la cara sobre su pecho cuando él la acercó a su cuerpo y un escalofrío la recorrió de arriba abajo en el momento que Yaman susurró junto a su oreja,

- Enhorabuena ratoncito, estoy orgulloso de ti. 

Seher se quedó callada disfrutando del calor de su cuerpo y su olor.

- Y bien como vamos a celebrarlo…¿Me dejarás que te invite a cenar?

La invitación sorprendió a Seher era la primera vez que él le proponía algo así…* ¿Me esta pidiendo una cita?*. Se apartó para mirarlo a la cara y tratar de leer su expresión…Él la soltó a medias reacio a dejarla ir.

- En realidad se ha organizado un pequeño acto de graduación y una cena para después…

- ¿Cuándo?

- Mañana…

- ¿Podría yo acompañarte?

- ¿Tú quieres venir?

- ¿Tú quieres que yo vaya?

- Claro…si tú quieres…

- Quiero…

- ¡Perfecto! En ese caso yo me quedare con mi pequeñita para que vayáis tranquilos.

La repentina intervención de Leila los hizo separarse instintivamente, la mujer sonreía para sus adentros y pensaba mientras los miraba murmurar un agradecimiento..*¡Madre mía que juventud! Si no les doy un empujón se hubiesen hecho viejos dándole vueltas al tema…*

Continuará…


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