LA CHICA DE LOS OJOS VERDES (Novena Parte)

La chica de los ojos verdes (Novena parte)

Tres días…durante tres días el trabajo de Yaman continuó a un ritmo frenético. Se estableció una rutina parecida al día en que él se la llevó a  su cama. Yaman se levantaba cuando aún el sol  no había salido, la abrazaba y la besaba mientras derramaba palabras de cariño suavemente susurradas en su oído. Luego se marchaba dejando a Seher con la sensación de que todo era un  sueño, para no volver hasta la madrugada. Ella se marchaba a la habitación de invitados de nuevo en cuando él se iba…así nadie en la mansión sabía que dormían juntos.

Seher lo esperaba todos los días pacientemente, con la comida preparada. Charlaban un  poco sobre su día, bueno más bien ella parloteaba contándole los acontecimientos de la mansión y Yaman la escuchaba en silencio mientras comía, después la abrazaba para caer rendido en pocos minutos. Hoy pensaba preguntarle si esta era su rutina habitual y si lo era ponerle fin…porque era demencial. Apenas dormía tres horas diarias y sólo tenía constancia de que comía lo que ella le tenía preparado cada noche. Estaba pálido y ya ni con sus impresionantes sonrisas podía ocultarle su agotamiento…

Yusuf se acercó a ella, su ensortijado pelo negro se pegaba a la frente por el sudor. Eran las cinco de la tarde y el calor era espantoso.

- Tía tengo mucho calor…¿Podemos bañarnos en la piscina…por favor?

Seher miró a su sobrino con compasión, hoy todos los informes climatológicos se habían hecho eco de que sería el día mas cálido de los últimos diez años. En la mansión eran afortunados de tener piscina pero ella no era  muy buena nadadora…Otro vistazo a los ojos negros de Yusuf y ya no se pudo negar.

- Esta bien cariño subiremos a ponernos los bañadores y coger las toallas.

- ¡¡Bravo!!  

Grito Yusuf mientras corría hacia su habitación a cambiarse, Seher lo siguió sonriente todavía sorprendida de que un niño que tenía a sus pies todo lo que el dinero pudiese comprar fuese tan feliz con un poco de atención sobrándole todo lo demás. 

Diez minutos más tarde estaban ya en la piscina, Yusuf con su bañador rojo y ella con un biquini de cortinilla de su hermana de color negro que fue lo único que pudo encontrar ya que no había puesto en su maleta trajes de baño cuando vino a la mansión. Ella solía usar bañador y con el biquini se sentía prácticamente desnuda. Miró a su alrededor antes de sacarse el vestido y para su tranquilidad estaban solos. Miró a su sobrino y le dijo.

- Cariño ya me has dicho que eres buen nadador…pero nos quedaremos dónde no nos cubra… ¿de acuerdo?

- Sí tía está bien.

Dicho esto Yusuf saltó en bomba a la piscina y Seher pensó que iba a ser una tarde diferente…

Cuarenta y dos grados a las dieciocho quince, Yaman miro incrédulo el panel del coche que informaba de la hora y la temperatura exterior. En la oficina gracias al aire acondicionado no habían notado el calor pero cuando salió a por el coche, el golpe fue impresionante. Este era sin duda el día más caluroso de este verano extraordinario. 

Estos días agotadores de trabajo terminarían con la reunión del día siguiente en Adana. Los proveedores de cemento para el proyecto eran de allí y no querían viajar a Estambul. Él iría allí, tenía el vuelo en unas horas, y finalizaría las negociaciones de una vez por todas …para poder concentrarse en el proyecto más importante de su vida..Seher y su futura boda…

Cuando llegó a la casa estaba completamente acalorado y bañado en sudor bajo el elegante traje azul. Así que sólo deseó dos cosas una ducha y a ella…Cuando Cenger le informó de que la señora Seher y el señorito Yusuf estaban en la piscina, repentinamente agradeció el calor y se fue a ponerse el bañador.

Yusuf lo estaba pasando de miedo, constantemente salía de la piscina y entretenía a Seher con diferentes poses al saltar al agua. Efectivamente el niño era un gran nadador, adoraba el mar y decía que sería capitán de barco…así pues era imprescindible saber nadar. Estaban en el agua cuando se escuchó la voz de Ziya llamando a Yusuf para enseñarle las flores que habían brotado de una zona del jardín que habían sembrado juntos. Yusuf salió de la piscina como un cohete para ir con su tío dejando a Seher sola en la piscina.

Repentinamente algo se movió en el agua tras ella y unos instantes después el cuerpo de Yaman estaba  a su espalda abrazándola por la cintura. Todo el aire de sus pulmones quedó paralizado en éstos…pero no sabía bien si por la sorpresa y por sus cuerpos unidos piel con piel tan íntimamente…

Yaman la apretó contra su pecho y dejó un beso en su húmedo cuello…

- Esto es el paraíso…

Le dijo bajito, sólo para ellos…

- Pensé que no vendrías hasta la noche…¿por fin has terminado el proyecto?

Preguntó Seher esperanzada a la vez que se volvía entre sus brazos para poder mirarlo…lo que fue un error…Por segunda vez en pocos minutos volvía a perder la respiración. Desnudo bajo la luz del sol con el pelo revuelto y brillante como el de una nutria era espectacular…Seher pensó que definitivamente aprendería a vivir sin aire, si con ello permanecía junto a él.

Yaman empezó a contarle lo de su viaje a Adana mientras poco a poco la llevaba hacia una zona de la piscina más profunda y escondida de la vista de la casa. Seher estaba tan concentrada en las palabras y las sensaciones que no fue consciente del movimiento hasta que sus pies ya no podían tocar el fondo. Entonces su instinto de protección emergió abrazándose apretadamente al cuello de Yaman y le pidió  asustada.

- Por favor vamos a donde haga pie, no nado bien…

Yaman llevó las manos a la parte baja de sus nalgas y la instó a rodearle la cintura con las piernas. En esta intima posición y con tan poca ropa ella fue plenamente consiente de su excitación…no le sorprendió ya que todas las mañanas lo había sentido…así totalmente duro y erecto contra ella cada vez que la abrazaba y besaba antes de irse al trabajo.

- ¿Confías en mi?- preguntó Yaman con voz gutural mientras apoyaba la espalda de Seher contra la pared de la piscina.

- Sí …- ella contestó al instante, la respuesta salió casi sola…porque sí, ella confiaba en él.

Con el sí de ella Yaman arrasó su boca, con un beso hambriento que jamás encontraría hartazgo…,no de ella,…de ella siempre querría más y todo, nunca sería suficiente. Las manos se movieron sobre el cuerpo de ella acariciando piel jamás explorada y con el tacto se inflamó más el deseo…Seher se agarraba a su cuello con fuerza al principio como el que se resiste a ser llevado por la tormenta, pero finalmente aflojó su agarre para jugar con su pelo y tocarlo a él. Se olvidó de donde estaba y de su miedo al agua…ahora sólo temía una cosa y ésta era que él parase….

Las manos de Yaman encontraron los pechos de Seher, sintió los pezones totalmente erizados y quiso más…así que empujó la tela del biquini hacia los lados para dejar expuestos sus senos al sol, al aire, a su mirada y a su antojo…

Él no la había tocado tan íntimamente desde aquella noche en su casa y el recuerdo de las sensaciones la barrió como una ola…entonces lo deseaba…pero ahora tras la confianza establecida en las noches pasadas…no era sólo deseo era más mucho más. 

A la excitación de Seher se unió la curiosidad, ella también quiso explorar y su mano bajó entre sus cuerpos para descubrir esa dureza que tan bien conocía. 

Yaman se paralizó cuando sintió la pequeña mano de Seher sobre su pene…definitivamente se volvería  loco. Después de todo no era más que un hombre que llevaba días conteniendo su deseo…por ella, por él y por su honor…Pero estaba agotado no sabía cuanto más podría resistir. Debían casarse ya…y luego se la llevaría a un lugar tranquilo y solitario durante el tiempo que fuese necesario hasta saciarse de ella. Con este consuelo en mente consiguió reunir algo de control y entonces ella metió la mano dentro de su bañador y lo tomó …y así en un segundo lo volvió loco. Ella lo acariciaba tentativamente, explorando sin saber con sólo intuición y nada de experiencia. Yaman llevó su mano sobre la de ella paralizando el movimiento. Cuando ella lo miró él vio en sus ojos el deseo crudo que también reflejaban los suyos y le dijo.

- Pequeña…¿Qué me estás haciendo?

- Yo…no lo se…sólo se que quiero más…y quiero darte lo que tu me diste esa noche…

Yaman entendió lo que ella decía, quería hacerlo llegar al orgasmo…masturbándolo… como él lo había hecho con ella. Su pene se endureció aun más en la mano de Seher tras esas palabras. Yaman se rindió y sujetando su mano le enseñó el movimiento exacto para darle placer. Seher resultó ser una alumna aventajada que rápidamente aprendió y él tuvo las  manos libres para seguir tocándola y volviéndola tan loca como ella lo volvía a él…

A su alrededor sólo se escuchaba el canto de las chicharras y el movimiento del agua entremezclado con los suspiros, los jadeos y el sonido de los besos. Ambos se dieron placer hasta explotar literalmente el uno en las manos del otro. Luego permanecieron abrazados esperando a que sus corazones se aquietaran. Sin cruzar palabras sólo miradas Yaman recolocó el biquini a su chica de los verdes. La tomó en brazos carente de peso en el agua y la llevó hacía la zona menos profunda donde ya la dejó ponerse se pie.

Volvió a besarla y luego mirándola intensamente a los ojos le dijo.

- Me tengo que marchar…volveré pronto…

Seher sólo pudo asentir con la cabeza, esa noche sería ella quien no podría dormir porque le faltaba él. Lo vio secarse y marchar decidido a la casa a prepararse para su viaje. Se mordió los labios y no pronunció el te quiero que, se dio cuenta, deseaba decirle desde la primera vez que la besó…